Cuando lideremos un equipo de trabajo debemos entender el Efecto Pigmalión, ya que no solo podemos aplicarlo para motivar a nuestros colaboradores a conseguir mejores resultados, sino que se puede aplicar para propósitos propios de la gerencia.

Entendemos que si apoyamos a una persona y creemos en ella y depositamos con seguridad nuestra confianza, eso es percibido por esa persona y generará en ella una predisposición mas fuerte para alcanzar sus resultados.

De lo contrario, si percibe que se le valora poco o que es tratada con desconfianza, esto se reflejará en sus acciones posteriores.

CREER – TRANSMITIR – APOYAR

Generalmente este tipo de acción (o interacción) se utiliza para ayudar a nuestros colaboradores a sentirse seguros frente a objetivos difíciles de alcanzar.

De la misma manera, si tratamos a una persona de manera insegura, con desconfianza o convencidos de que no cumplirá con los objetivos planteados, es muy probable que así sea.

Las personas se perfilan y adaptan según la confianza que su líder les otorga. La confianza es clave, es la base de todo.

Haga la prueba, elija a un colaborador cuyo desempeño es pobre y trátelo como si fuera el mejor. Sea persistente con esa actitud y luego nos comenta los resultados!