Todo lo bueno tiene algo de malo y todo lo malo algo de bueno. Casi todos estamos de acuerdo y por eso muchas veces  «aceptamos» las situaciones como son. En el caso de nuestros colaboradores entendemos que debemos valorar todo lo positivo a pesar de que reconocemos que existen puntos negativos, los que intentamos minimizar como se pueda. Lo mismo para en una empresa, cuando aceptamos que tenemos puntos flojos a pesar del buen funcionamiento de la misma.

En este post los invito a reflexionar sobre este tema sobre todo por la importancia de conocer cuales son los factores positivos de la empresa y cuales son los negativos referidos a la organización, al RRHH. Así podremos filtrar aquellos sectores deficientes que, seguramente, terminarán desorganizando la empresa como la manzana podrida que pudre al resto.

Si el funcionamiento de una empresa o un equipo de trabajo posee más factores negativos que positivos, es muy probable que eso se vea reflejado en el todo y vaya contagiando a los pocos puntos positivos hasta en algún momento terminar por corromper a toda la empresa o equipo. De la misma forma, si en una empresa o equipo existen más factores positivos, es muy probable que éstos, por naturaleza terminen por corregir los puntos negativos.

Por lo expuesto en el párrafo anterior no debemos conformarnos con un el Ying Yang, sino que debemos exigir el todo por el todo y de ninguna manera aceptar deficiencias que pueden evitarse, por el mero hecho de valorar aciertos que en proporcion son muy mayores a las deficiencias. Con ésto quiero decir que organizar una empresa exige no solamente lo mejor de cada uno, sino que disgrega lo menos peor de cada uno también.

La desorganización (casi siempre por falencias comunicacionales) es como un cancer que se extiende incontroladamente por toda la organización, jamás permanece estática sino que crece! Corrompe las reglas y si no estamos atentos se generan naturalmente falsas reglas que, para la organización, son igual de válidas que las reglas generales.

Caso del Presentismo: En una empresa de lácteos de Santa Fé que tenía un manejo muy informal y despúes de un cambio de gerencia, se intentó descontar el premio por presentismo (en la gestión anterior el premio por presentismo se otorgaba todos los meses independientemente de las llegadas tarde) dado que existía un porcentaje de llegadas tarde muy alto. Ésta decisión no pudo llevarse a cabo con facilidad ya que «llegar tarde» era un derecho otorgado, una falsa regla válida para la organización que era costumbre para los trabajadores. Igualmente se descontó dicho premio a quienes llegaban tarde generando un malestar en los trabajadores que exigían, por falso derecho, el premio aunque llegasen tarde. Finalmente y despues de 3 meses y a pesar de descontar el presentismo, las llegadas tarde no solo no disminuyeron sino que aumentaron en casi el doble. ¿Qué opina Usted (por favor comente)?

En caso expuesto la organización pone en una posición muy desventajosa a la nueva gerencia que intenta, de alguna manera, emprojiar y hacer cumplir las reglas fundamentales de la empresa.

A continuación algunos consejos para que una manzana podrída, no pudra al cajón:

  • Ver los resultados lleva tiempo, no se apresure
  • Dé siempre el ejemplo. El ejemplo contagia ejemplo!
  • Defina claramente las reglas y hágalas cumplir de forma justa
  • Revise las reglas permanentemente y ajústelas a lo que la organización necesite
  • Exija más a sus colaboradores más cercanos, que ellos participen también en el ajuste de las reglas, que se transformen en ejemplos
  • No tema en penalizar a quienes no cumplan, sea sistemático y justo
  • Detecte qué personas o procesos afectan al resto e intente corregirlos