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Mucho se habla sobre liderar equipos de trabajo pero poco se habla sobre las frustaciones propias del liderazgo. Desde hace años que formamos líderes y grupos de trabajo y al menos en algún momento del proceso, la frustación se hizo presente desmotivando y DESORIENTANDO a cada líder.La frustración no es más que la otra cara de la moneda, siempre presente pero a veces no evidenciada. La frustación debe ser entendida, ATENDIDA.

Trabajar con personas es administrar también sus estados de ánimo, sus humores, sus miedos, sus alegrías, sus capacidades y la mayoria de las veces se torna más que desafiante, ya que tambien nosotros somos personas.

Liderar un equipo de trabajo es como empujar un montón de bolas gigantes de nieve. Cada bola es una persona que tenemos que EMPUJAR hacia el objetivo. Empujar a una y darle el envión necesario; luego empujar otra y asi sucesivamente hasta ir moviendo al equipo completo casi coordinadamente. A medida que se mueven las bolas se van haciendo mas gigantes. A veces parece que es fácil, pero suele ser porque el terreno esta en bajada. Otras veces las bolas son muy pesadas y nos obligan a hacer un esfuerzo muy grande que, muchas veces no alcanza, y esa bola se detiene, o lo que es peor… si el terreno está en subida, puede volverse en contra y mientras más grande es la pelota de nieve, más peligroso para el resto del equipo.

Empujar a cada bola es acompañar a cada persona; y eso demanda mucho esfuerzo físico y mental que desgasta, que a veces frustra.

El secreto esá en aceptar que LIDERAR es así y que es más fácil cuando disfrutamos de ese proceso (también cuando alguien a nosotros nos empuja también :))

Liderar es empujar grandes pelotas de nieve, pasar de una a la otra, sin que ninguna se detenga y que todas vayan hacia el lugar indicado… a veces en subida, a veces en bajada… Es decir las cosas una y otra vez; quizas repetir lo mismo varias veces… es insistir casi con la misma energía con la cual el sol sale todos los días…