Tres definiciones de la palabra «instinto» y algunas reflexiones

  1. Conducta innata y no aprendida que se transmite genéticamente entre los seres vivos de la misma especie y que les hace responder de una misma forma ante una serie de estímulos.
  2. Impulso natural e interior que provoca una acción o un sentimiento sin que se tenga conciencia de la razón a la que obedece.
  3. Capacidad natural para percibir y valorar con rapidez y facilidad una cosa.

Conducta, impulso… capacidad? Lejos de sinónimos, son cualidades humanas intrínsecas. Pareciera que su común denominador, en el contexto de la definición, es el «no dominio» de dichas cualidades o sensaciones.

Cuántas veces le hacemos caso a nuestro instinto? cuántas no? somo conscientes de eso?

Podríamos imaginar al instinto como la voz de un consejero permanente, que no es más que nosotros mismos en una versión alocada y no creíble. Pero que muchas veces tiene razón. Es por eso que el objetivo de este post es animarte a escuchar a tu instinto. No cuesta nada corroborar lo que nos decimos mudamente, para eso te sugiero:

  • Mensaje: Decifra en palabras lo que tu instinto quiere transmitir. Cuál es el mensaje?
  • Modo: Identifica la fuerza de ese instinto. Es un susurro? es un grito? es una sugerencia? es una alerta?
  • Una vez decifrado el mensaje y el modo, REPETILO EN VOZ ALTA, frente a un espejo o bien COMPARTILO con algún colaborador y que él lo repita. Dale VOZ a tu VOS.
  • Ahora analizá el sentido de lo que dijiste. Tu instinto pudo haberse transformado en una idea, en un plan de acción, en un hecho, en una realidad.

Un gran porcentaje de empresarios exitosos atribuyen sus aciertos a dejarse llevar por su instinto. Por eso te propongo dejar a la razón un poco de lado y darle más importancia al instinto.