Según Porter, hay cinco fuerzas en el entorno que amenazan a la empresa. La acción conjunta de estas fuerzas competitivas básicas, determinan la rentabilidad potencial en el sector.

Las cinco fuerzas competitivas -nuevos ingresos, amenaza de productos y / o servicios sustitutos, poder negociador de los compradores, poder negociador de los proveedores y la rivalidad entre los actuales competidores- determinan la intensidad competitiva así como la rentabilidad del sector, y la fuerza o fuerzas más poderosas son las que gobiernan y resultan cruciales desde el punto de vista de la formulación de la estrategia.

Al enfrentarse a las cinco fuerzas, hay tres estrategias genéricas de éxito para desempeñarse mejor que otras empresas en el sector:

  • Liderazgo en costos
  • Diferenciación
  • Enfoque o alta segmentación

La implantación efectiva de estas estrategias, requiere de un compromiso total, y del apoyo de todos los elementos de una empresa. Es decir, realizar un análisis del ambiente interno de la misma, identificando fortalezas y debilidades frente a sus competidores actuales y futuros.

Cada estrategia implica diferentes habilidades y requisitos para el éxito, que se traducen comúnmente en diferencias de la cultura y la estructura organizacional.

El liderazgo en costos, consiste en un conjunto de políticas orientadas a este objetivo básico.

La estrategia de diferenciación, consiste en diferenciar el producto o servicio, creando algo que sea percibido en el mercado como único.

El enfoque o alta segmentación, consiste en enfocarse sobre un grupo de compradores en particular, en un segmento de la línea del producto o en un mercado geográfico.