Muchas veces, cuando hablamos de marketing, decimos que, para crear un producto, debemos partir de una necesidad del mercado.

Siguiendo ese razonamiento nos preguntamos ¿Quién necesita mi producto?. Nos damos cuenta que muchas personas necesitan nuestro producto, sin embargo, esa necesidad no implica necesariamente una compra.

No debemos confundir NECESIDAD con VALOR.

No debemos confundir ¿Quién necesita mi producto? con ¿Quién valora mi producto?

¿Lo perciben a Usted por necesidad o lo perciben por valor?

Todo VALOR AGREGADO que el cliente no valora, es un gasto.

Así podemos entender que la valoración del producto implica su compra, no la necesidad de tenerlo.